Contemplando las vistas, la historia en la lejanía. Tantos años para lograr pintar, darle forma y dibujar, tan hermosa inmensidad.
Celebran la fiesta, algunos con borrachera, otros bailan vestidos de gala o simplemente contemplan el panorama.
Desciende la cuesta, contempla la naturaleza, alrededor sólo hay belleza. Camina por liso sendero, no hace falta que mires al suelo, solamente disfruta del paseo.
Es el protagonista de la imagen, señorial su ramaje, majestuoso se eleva rodeado de bello paisaje.
Caminarás por un laberinto si dejas atrás lo conocido. Sin rumbo te hallarás, las nubes no serán de fiar, los árboles se repetirán Inmerso en la naturaleza sin salida certera, no hay guía externa, tan solo la intuición; esa extraña presencia que guía tus pasos desde el corazón. Ella te llevará, si la dejas, del laberinto te sacará, al camino llegarás.
Muchas formas puedes contemplar si cambias de ángulo o perspectiva quizás; en una roca todo hallarás, tu imaginación es la barrera que has de cruzar. No te limites y ponte a observar… ¿Qué es lo que ves? Completa figuras al azar.
Es largo el camino, atravesamos luces y sombras, a veces es un desafío y la luz se aleja, trae tras de sí, oscuridad y tinieblas; seguimos caminando aun así, pues la luna iluminará la tierra.
La gran U, antiguos son tus recuerdos, árabes e hispanos construyendo sus reinos, ¿Qué tan ancestral es tu conocimiento? Pequeña duna firme e inmóvil, dime, susurra en el viento.
En ti me perderé, el tiempo lo hará conmigo, y mientras allí esté, disfrutaré tu sonido. El viento escucharé, y también el pío pío de los pájaros cantar envolviendo mi oído.
Fue un atardecer que le dio la idea; a través de esa ventana, veía un paisaje lleno de pinceladas, de luces y sombras exhibiendo un mundo bello, más de lo que recordaba. Las nubes parecían indecisas, algo alocadas, pronto empezó a ver algo, triángulos en la mirada. Era el horizonte, también las montañas, parecía haber un equilibrio, ¿era un cuadro pintado por hadas?
Hay momentos mágicos, instantes que quedan en el recuerdo como páginas de un bonito cuento bordadas con selectos sentimientos. Imágenes que acompañan los sueños, eternidades compactas en pequeños momentos.
Es la inmensidad la que te invita a caminar, a explorar nuevos senderos, contemplar las vistas desde lo alto de los cerros, y conforme avanzas, el horizonte se va extendiendo.
Es la magia de los elementos, convergen en el medio enfocando un punto concreto. Aire, agua y tierra iluminadas por el fuego, metal y madera se unen al suelo.
Parecieran nubes pintadas en un hermoso cielo azul, blancas, deslumbradas por el sol, decoran el paisaje a mediana altitud. Bajo ellas, un mar de árboles crece en la tierra, se adaptan al contorno de las montañas, y cubren con su manto toda ladera.
La niebla envuelve de misterio al magnífico paisaje, el ambiente se torna místico, la paleta de color cambia su viraje.
Las montañas dibujan el horizonte, Los animales pastan libres, El cielo nublo equilibra el ambiente, Y la vegetación aporta sus colores.
Montones de bellos parajes viven en libertad, son los elementos, acompañantes eternos que embellecen la tierra en la actualidad, dando vida a los árboles, rocas o mares, quizas algún volcan. Da igual donde se hallen pues único es su contemplar, no hay dos iguales, todos ellos son cambiantes y nos invitan a soñar.
Lejano horizonte hacia ti caminaré, cuando te alcance, contemplaré el ayer, todo lo recorrido hasta dar contigo. Sé que al voltearme se ampliará mi camino, pues poco a poco te volverás infinito, pero siempre cerca de ti estará mi destino.
Se extiende más allá de lo que el ojo ve,
es perdurable al tiempo y sus cambios,
poco a poco su estructura cede,
la adversidad le pasa factura
y se convierte en anciano.
La edad, su tiempo pasa despacio,
semillas crean flora que atrae fauna
y su estructura aparenta un cambio,
claro que realmente nada ha variado,
tan sólo la presencia de un hermoso manto.
Pero tal capa de vida fortalece al pequeño,
cada raíz que en él crece
se afirma y consolida su engranaje,
así es como el ancestral paisaje continua su viaje,
firme, ante el paso del tiempo.