Así le gusta, la maceta es su cuna, tiene tierra en otras partes pero como ésa ninguna. Allí se acurruca en una pequeña altura, observa todo lo que se acerca con una mirada muy atenta cautelosa pero segura.
Hay casitas de muchos tamaños, tanto grandes como pequeñas, todas tienen su encanto. Da igual dónde se sitúen, en el suelo o en el árbol, sin importar que seres alberguen, en su interior siempre hay algo, sea vida o sea encanto.
Hey, mira, mira un momento para aquí, deja que capte esas tonalidades azules, esos brillos tan característicos, esas plumas tan especiales. Voltea hacia la cámara tu mirada, deja que capte el contorno de tus ojos, que tu fortaleza se plasme, tu centrado, en medio de un bello paraje. Deja que tus puntitos averigüe, perfilando tu figura, quédate quieto para apreciar el contraste y no dejes de mirar, pues sobre todo quiero enfocar, que tu seas lo principal en esta imagen.
Cauteloso, observa la cámara, curioso, se acerca a gatas, se agacha para no hacer ruido, camina esquivando las hojas, evitando cualquier sonido.
Ahí está tranquilo, Una foto, diferentes mundos. Los colores realzan su fuerza, indican toda su paciencia, remarcan su mirada certera. Su naturaleza en la otra se muestra, menos agresiva, más tierna, pero la misma mirada certera.
Pastan por los montes observando a los caminantes que recorren un bello sendero repleto de verde paisaje .
Ahí está tranquilo, vive su vida de pájaro, se encuentra fuera del nido. Observa su entorno desde la rama más alta, desde ahí, seguro, vigila todo su alrededor alerta de cualquier depredador, siempre listo para emprender su vuelo. De hecho, el ojo que lo ve anda lejos, más él se muestra inquieto, dejando las ramas en movimiento, desaparece en el cielo.