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Fue un atardecer que le dio la idea; a través de esa ventana, veía un paisaje lleno de pinceladas, de luces y sombras exhibiendo un mundo bello, más de lo que recordaba. Las nubes parecían indecisas, algo alocadas, pronto empezó a ver algo, triángulos en la mirada. Era el horizonte, también las montañas, parecía haber un equilibrio, ¿era un cuadro pintado por hadas?
Enorme significado en un trozo de madera, separa entornos, crea barreras, es una entrada y también una frontera, dos lados separados por un trozo de madera.
Pequeño pueblo medieval, pavimentadas tus calles aún están. Tu iglesia mira hacia el cielo, anclada en la cima, firme ante el viento. Quisiera verte en tu estado original, en aquel tiempo donde te alzabas, resplandeciente, en este hermoso lugar.
El encanto de la noche, la luz en la oscuridad, alegría de pequeños momentos contemplando la ciudad.
No es una flor pero tiene hojas, brilla e ilumina como el sol. No es el sol, pero comparte su belleza y da luz a su alrededor
Era un día de invierno, el ambiente se tornaba húmedo, los misteriosos árboles parecían alcanzar el cielo. De la nada aparecieron unas luces, todas tan brillantes que competían con el mismo sol. Estaban opacadas por una neblina que cubría todo el bosque.
Cauteloso, observa la cámara, curioso, se acerca a gatas, se agacha para no hacer ruido, camina esquivando las hojas, evitando cualquier sonido.
Málaga verde, llena de vegetación, en pleno verano, sus parques envuelven de frescor llenando el entorno y transmitiendo emoción, a todas las especias que pasean en su interior.
Si emprendes el vuelo elévate sin miedos, atraviesa todos los bloqueos que tormentas y vendavales te pondrán en el trayecto. Observa el horizonte, tan amplio y lejano, su misteriosa neblina, siempre a su lado.
Hay momentos mágicos, instantes que quedan en el recuerdo como páginas de un bonito cuento bordadas con selectos sentimientos. Imágenes que acompañan los sueños, eternidades compactas en pequeños momentos.
Es la inmensidad la que te invita a caminar, a explorar nuevos senderos, contemplar las vistas desde lo alto de los cerros, y conforme avanzas, el horizonte se va extendiendo.
Vuela, vuela alto ave fénix, atraviesa la ciudad, que éstas calles no sean tu cárcel, entre ellas puedes navegar. Vuela ave fénix, renace fuerte ante la adversidad, tu figura así será recordada, mientras perdure la eternidad
Largo es su camino, pero llega a su destino, dejando a su paso este hermoso paraje genuino.
Es la magia de los elementos, convergen en el medio enfocando un punto concreto. Aire, agua y tierra iluminadas por el fuego, metal y madera se unen al suelo.
Qué tan únicos son los colores! , siempre nos sorprenden, aunque nuestro espectro parezca pequeño, ¡qué gran cantidad vemos! Desde los más simples a los más elaborados, cada uno vibra en diferente sonido, componiendo en su conjunto una melodia inaudible para nuestro oído, visible para nuestros ojos, perceptible en la sonrisa de un niño, que caminando por un parque, disfruta lo colorido.
Hipnótico calor, figuras al vapor queman todo alrededor. Dos colores, único fuego, su intensidad describe la eternidad de aquella frase que dice: en polvo te convertirás.
Formada piedra sobre piedra sus muros ceden al viento, no hay hormigón ni cemento, que asegure su estructura y los proteja del tiempo.
Todo son caminos, la vida está llena de destinos, de metas y desafíos, miles de lugares que explorar. Cada decisión puede ser un cruce, quizás, una vuelta atrás, así, marcamos nuestro rumbo vigilando las piedras con cuidado de tropezar. Muchos carteles con fin de guiar, más ningún rumbo definido pues es todo un entresijo que ordenamos al caminar. Cada quien escoge su cardinal, un punto de inicio por el que continuar.